El amor es… Sanación: Samantha Flores  

Cuando se eligieron los colores para la bandera del orgullo, hace ya tantos años, cada uno recibió un significado especial, ligado a los valores de la comunidad que estaban destinados a representar. 

De entre las tonalidades del arcoíris, el anaranjado fue elegido para simbolizar la sanación, y “sanar” es una cualidad extraordinaria en los seres humanos, una que solo unos cuantos ponen en práctica a lo largo de su vida. Samantha Flores es una de esas personas, una de esas mujeres que se ha dedicado en cuerpo y alma al activismo y al cuidado de los adultos mayores de la comunidad LGBTIQ+ a través de su organización y casa de día Vida Alegre, fundada hace cinco años, convirtiéndose en la primera de su tipo en la Ciudad de México. 

Samantha es cálida y atenta, divertida y culta, y, a sus 90 años (dentro de nada cumplirá 91), sigue luchando por compartir lo que para ella es lo más importante en la vida: el amor y la felicidad, y lo hace con apoyo psicológico, espiritual, médico y ante la muerte, con clases de yoga, meditación, y cine club, construyendo una segunda familia para aquellos que la necesitan. 

MELISSA MILLA, DE THE WALK: ¿QUIÉN ES TU MODELO A SEGUIR DE LA COMUNIDAD O QUIÉN ES ALGUIEN QUE TÚ ADMIRES DENTRO DE LA COMUNIDAD? 

SAMANTHA FLORES: A quien yo admiro muchísimo es Amaranta Gómez Regalado, es una mujer trans indígena oaxaqueña y le falta un brazo, pero es una mujer que ha luchado por las mujeres trans en todo el mundo. En este momento está en Bruselas. 

TW: ¿CUÁL ES TU COMING OUT STORY? 

SF: Fíjate que esa es una historia muy, muy, muy larga, ¿no? Porque es la transfiguración al cambio, es muy muy lento. Un día fui a una fiesta de carnaval con un grupo de amigos y todos nos disfrazamos. Fue la primera vez que me puse un vestido, una peluca, unos tacones, unas pantimedias, pero todo fue ropa prestada que conseguimos de unas amigas (con excepción de las pantimedias). Fue muy divertido, muy, muy, muy divertido. Después me invitaron a otra fiesta de travestis aquí en México. Ya fui más elaborada y tuve la suerte de que entonces los novios, estoy hablando de hace 30 años, comenzaron a invitarme a salir al café, a comer, a bailar, a las discos y todo. Pero como Samantha, como Samantha Flores, no con mi identidad original. 

Comencé a tener muchas amistades de teatro, sobre todo, y me invitaban a fiestas, a representaciones teatrales, a todo como Samantha Flores. Así me di cuenta de que esa era mi personalidad auténtica.  

[En ese entonces] vivía en un departamento con mi identidad anterior. Me cambié de departamento y en mi nuevo departamento ya firmé como Samantha Flores. Ahorita tengo papeles legales, y por mucho tiempo no existí, porque no había manera de tenerlos. 

TW: ¿CÓMO TE GUSTARÍA QUE LO QUE TÚ HACES PUEDA HACER DE ESTE MUNDO UN LUGAR MUCHO MÁS ABIERTO Y MEJOR? 

SF: Como yo lo veo, yo amo a mis hermanos. Pienso que el amor es importantísimo para abrir puertas, para unir personas, unir familias, unir comunidades. Entre más amor entreguemos… comenzando por amarnos a nosotras mismas, porque si no me amo, qué amor puedo darle a mi prójimo, ¿no? Necesito amarme yo muchísimo, muchísimo, porque ese amor se lo voy a dar a la gente. Tengo a mi familia, mis amigos, mis vecinos. Por eso es que la asociación a la que pertenezco se llama Vida Alegre, porque eso es lo que deberíamos tener en la vida: amor y alegría. Y entonces sí, ser felices. 

TW: ¿QUÉ OPINAS DE LA REPRESENTACIÓN ACTUAL DE LA COMUNIDAD LGBTQ EN LOS MEDIOS DE DIFUSIÓN MASIVA? ¿CINE, TELEVISIÓN, SERIES? 

SF: Es maravilloso, maravilloso, porque ya hay mayor difusión y es importantísimo para nuestra sociedad y nuestra población LGBTTI que haya difusión, porque seremos mejor comprendidos y más amados si hay comunicación total.  

TW: ¿HAY ALGÚN CAMBIO QUE TE GUSTARÍA VER EN LA COMUNIDAD LGBT DE AQUÍ A DIEZ AÑOS? 

SF: Sí, el cambio que me gustaría es que toda la gente LGBTTI que está en los medios de comunicación, de radio, de televisión, de periódicos, pudieran tranquilamente aceptar su identidad sexual sin tener problemas de discriminación, ni social, ni el trabajo, ni en la familia 

TW: ¿QUÉ OPINAS DEL ESTADO ACTUAL, DE LOS DERECHOS DE LA COMUNIDAD? ¿CREES QUE DEBA HABER CAMBIO? 

SF: Pienso que vamos bien porque en este momento ya tenemos absolutamente todos los derechos. Porque, acuérdate que la homosexualidad estaba considerada una enfermedad. Y, afortunadamente, ahora [se vive] abiertamente. Somos seres humanos con diferentes preferencias, pero somos como cualquier ser humano. 

TW: OYE, NOS ENCANTÓ PLATICAR CONTIGO. MUCHAS GRACIAS POR TODO. 

SF: Gracias. Gracias a ti que me llamaste. Te lo agradezco mucho porque, para nosotros, es muy, muy importante que la gente sepa qué es lo que pensamos, que somos exactamente igual que todo el mundo. Lo que hacemos con nuestra preferencia sexual lo hacemos en privado, en la intimidad en nuestra recámara, como tú cuando te cases lo vas a hacer y si, ya estás casada, lo haces, en la intimidad de tu recámara. No le importa a tu vecina, ni a tu mamá, a tu papá, ni a tus hermanos lo que haces en esa recámara, en tu intimidad, ¿no? ¿Por qué les interesa tanto lo que hacemos nosotros? 

Si quieres saber más sobre Vida Alegre, sobre Sam o si quieres hacer donaciones para apoyar la causa de esta luchadora y activista, te invitamos a contactar a Korina Corona, la coordinadora de la casa de día, al número (+52 1) 56 3688 7824.